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Aunque
pueden presentarse de otro modo, su consumo habitual
se produce en forma de pastillas o comprimidos. A menudo
se añaden a la composición de las drogas
de síntesis, como el éxtasis.
Hasta que en 1983 se reguló su venta en farmacias,
el consumo de anfetaminas fue muy importante en nuestro
país, particularmente entre los estudiantes que
intentaban aguantar sin dormir las noches de estudio,
camioneros que hacían largas travesías,
personas que deseaban adelgazar y amas de casa a quienes
sobrecargaban las tareas del hogar.
Una de las anfetaminas más frecuente en el mundo
de las drogas ilícitas es el sulfato de anfetamina,
conocido en lenguaje callejero como speed (del inglés
velocidad). Generalmente se presenta en forma de polvo
y se consume por inhalación, como la cocaína,
con la que comparte los riesgos asociados a esta vía
de administración (daños sobre la mucosa
nasal, etc.). El speed también puede presentarse,
como el resto de las anfetaminas, en forma de comprimido. |
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