Cada día se suman más muertes en Estados Unidos provocadas por el fentanilo. Esta droga está haciendo estragos en la sociedad norteamericana y el gobierno ha decidido ponerse serio con este asunto. Sobre todo, lo que ha comenzado a hacer es castigar a los países de los que procede la producción de la droga.

La situación es muy seria y el gobierno de Estados Unidos no quiere seguir arriesgándose a que el problema vaya a peor. Debido a ello, la administración del presidente Biden ha puesto las cartas sobre la mesa y ha emitido una serie de sanciones contra empresas y personas de México y China.

Estos dos países son los que concentran la mayor parte de la producción de fentanilo y desde donde se gestiona el tráfico que está llevando a que la droga esté en las calles de Estados Unidos. Como el gobierno no puede desmantelar todo el tráfico ilegal de la droga, lo que está haciendo es atacar a aquellas entidades públicas y legales que están relacionadas directa o indirectamente con el fentanilo.

Así, entre las sanciones que se han emitido se encuentran aquellas que están dirigidas a las empresas que fabrican la maquinaria con la que se fabrica el encapsulado de las pastillas, aquellas que se encargan de la producción de los moldes y otras entidades similares que son necesarias para que estas drogas acaben fabricándose.

Desde Estados Unidos creen que, si todos los objetivos sancionados se tomaran más en serio la lucha contra una droga que mata a miles de personas, habría menos cantidad de pastillas en las calles. Por ello, y a la vista de que otros métodos no han sido eficientes, ha buscado el castigo económico. Los responsables de la operación esperan que esto ayude a que la situación comience a cambiar y a que todo el mundo acepte sus responsabilidades.

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