Hay muchos especialistas en medicina y, en especial, en drogas, que hablan de cómo uno de los principales problemas del consumo de sustancias ilegales entre la sociedad se encuentra en la forma en la que se consiguen. Porque tal y como sabemos todos, las drogas que se compran en las calles están mezcladas con todo tipo de sustancias y resultan realmente peligrosas. Por ello, un especialista del Centro de Control de Enfermedades de Canadá, propone una nueva idea: máquinas expendedoras de drogas.
A priori, la idea resulta terrible. Y, en cierto modo, lo es. De lo que habla es de habilitar unas máquinas expendedoras de última generación que se usarían para conseguir dosis legales de drogas cuya composición estuviera controlada y supervisada.
Sería lo mismo, a grandes rasgos, que si te fueras a una máquina de bebidas para comprar una Coca-Cola. Pero se menciona, que estas máquinas serían muy avanzadas y que tendrían capacidad suficiente para asegurarse de que solo son utilizadas por las personas que están autorizadas para ello.
El sistema implicaría que los pacientes tendrían las venas de sus manos escaneadas biométricamente y que, al poner la mano sobre la máquina, esta dispensaría las dosis de drogas que tienen que consumir para seguir con el tratamiento que estén realizando. Así afirman que no habría problemas y que todo se encontraría controlado de manera constante.
Pero, claro está, tal y como se crea una invención como esta, se idean 10 formas, como pocas, de saltarse las defensas y los controles. Seguro que los delincuentes se inventaría alguna forma de poder hackear las máquinas o las romperían en busca de obtener las drogas. Por ello, es una idea que plantea dudas y que no parece la más interesante por la que se pueda optar. Por otro lado, hay quienes se oponen por la forma en la que parece restarse relevancia e importancia al consumo de estas drogas por muy recetadas que se encuentren.