Recientemente se ha visto cómo la fama de Los Beatles volvía a hacer acto de presencia en todo el mundo, ya que nos encontramos en fechas sensibles en las que se dan aniversarios y momentos clave. También es cierto que los integrantes restantes del grupo están más activos que nunca y que Yoko Ono también anda protagonizando titulares. Por eso hemos querido profundizar en lo que estos cantantes consumían cuando se drogaban. Unas drogas que, a buen seguro, tuvieron parte de la culpa de que la leyenda del grupo terminara torciéndose como se torció.
La primera droga que los Beatles consumieron fue la Bencedrina, la cual descubrieron que se encontraba en todos los inhaladores de Vicks, un producto que ya en la época se podía comprar en cualquier farmacia sin ningún tipo de problema. Ese fue el inicio del grupo en las drogas y en su uso recreativo, ya que reconocieron haberlo consumido no solo en sesiones de charlas y diversión, sino también en momentos en los que alguno de ellos tuvo relaciones íntimas en las que buscaba la inspiración.
Más adelante, para resistir al agotamiento que sufrían debido a los conciertos en Alemania, probaron los estimulantes. La intención era que consiguieran no tener apetito, pero ganar más energía, lo que solía llevar a unas actuaciones que han sido definidas como «caóticas». Las pastillas que les daban, principalmente Preludin, evitaban que tuvieran que dormir tanto como era habitual.
Ellos mismos reconocieron que sin esos estimulantes no habrían soportado el ritmo de los conciertos. ¿Pero a qué precio? Además, ese solo era el principio. A esto siguió el cannabis, el LSD, con unos viajes que se hicieron célebres porque se supone que marcaron el resto de la trayectoria del grupo, la cocaína y, en última instancia, la heroína. Pero la buena noticia fue que la heroína no tuvo protagonismo en sus vidas, ya que Paul McCartney solo la probó una vez y no lo volvió a hacer. Tiempo después todos los miembros supervivientes se mantuvieron lejos de las drogas.