La historia de Kaylee Muthart es trágica. Hace dos años, cuando solo tenía 20 años, consumió metanfetamina. Su cerebro no reaccionó bien: tuvo un episodio psicótico muy fuerte que terminó cuando se arrancó los dos ojos y se quedó ciega para siempre. Ahora acaba de recibir unos globos oculares protésicos que al menos la hacen parecer más normal ante la mirada de los demás.
Era 2018 cuando se arrancó los ojos como efecto de lo que experimentó cuando consumió metanfetamina. No era un consumo casual, sino que parece que la joven tenía una importante adicción a esta sustancia. Durante el episodio psicótico menciona que se encontró en una alucinación en la que pensó que solo podría evitar el final del mundo si se arrancaba los ojos. Su cerebro la engañó y se quedó ciega.
Los médicos le dijeron que no había manera de arreglar lo ocurrido, por lo que tendría que aprender a vivir sin ver. A partir de ese momento tomó la decisión de ir a rehabilitación y de curarse de lo que le había ocurrido para no volver a tener tentación de drogarse nunca más.
Hoy día está contenta con la posibilidad de mostrarse más normal al mundo. Su novio, de 42 años, reconoce que está llena de gozo y ella misma ha reconocido que se siente ella de nuevo. A lo largo de estos dos años su trabajo se ha dedicado a aprender el braille, tras lo cual también va a recibir un perro-guía que la acompañará a partir de este momento en todo lo que necesite.
Además, ha desarrollado la habilidad suficiente sin vista para poder cocinar, hacer la cama y lavar los platos. Se intenta superar día a día, quiere acabar el instituto y sacarse un título. Además, también piensa escribir un libro acerca de la tragedia que ha vivido. La droga la dejó sin ojos. Nunca olvidemos estas tragedias relacionadas con las adicciones que nos persiguen.