Se temía que pasase y, al final, ha pasado. Las autoridades sanitarias avisaban del riesgo que existía de que las drogas se extendiesen agresivamente tras el final de la pandemia. Y es justo lo que ha ocurrido tal y como se puede ver en el informe que acaba de publicar la EMCDDA. Las drogas no solo han vuelto a las calles, sino que lo han hecho todavía con más fuerza.
Las estadísticas indican que la disponibilidad de drogas en las calles de las ciudades europeas ha alcanzado en estos momentos niveles muy altos. Si echamos un vistazo a los datos concretos de la presencia de cocaína, se puede comprobar que la disponibilidad de esta droga ha llegado a ponerse por encima incluso de los niveles que había antes de la pandemia.
Para obtener estos datos, la agencia europea está analizando las aguas residuales de 75 ciudades a través de un total de 23 países de Europa. También se ha realizado el mismo trabajo en Noruega y Turquía. Las drogas que más se han detectado han sido las anfetaminas, la cocaína, el cannabis y las metanfetaminas.
La esperanza de encontrar una droga cuyos niveles de presencia son menores a los que se registraban con anterioridad se materializa en la forma del éxtasis. Al menos, esta droga sí parece que está circulando en menor medida por Europa.
Pero esta pequeña noticia no oculta la cruda realidad: el consumo de drogas aumenta en Europa y resulta un gran problema para toda la sociedad. Mencionan los expertos que la situación es muy delicada, porque no solo las drogas ya conocidas y establecidas se están extendiendo, sino que además están apareciendo nuevas sustancias que lo complican todo aun más.
Los análisis seguirán adelante, sobre todo, para ayudar a las autoridades legales y los agentes de la ley a detectar y descubrir a los responsables de introducir las drogas en las ciudades.